martes, 25 de marzo de 2014

REDES, PLUMAS Y RECUERDOS.



Zorzal, gorrión, chochín, petirrojo, curruca capirotada o herrerillo son las especies que pudimos capturar y anillar este domingo en Alcañiz, en las nogueras de Montxo, en un día marcado por el aire meteorológicamente hablando, pero en realidad marcado por muchas cosas.

Cuando aun siendo apasionados de las aves, del anillamiento y de la naturaleza, como lo somos la gran mayoría de los que el domingo nos juntamos allí,  quedan a un lado éstas, siendo eclipsadas por los recuerdos, por lo vivido, por lo que podíamos haber vivido…
Cuando todos clavamos los ojos en el pajarillo que Carlos saca de la bolsa de tela, recién cogido de las redes de anillamiento, y muestra ante nuestras miradas, mientras nosotros tenemos la cabeza mas allá: volando como esa pequeña ave que ya está luciendo una anilla numérica en su pata, volando como a Ramón le gustaba hacerlo en su trabajo, junto a sus compañeros… Volando como mi primera golondrina de la primavera, que ya por segundo año veo en este emotivo homenaje, que desde ese marcado 19 de marzo de 2011 hemos celebrado. Y seguiremos haciéndolo en compañía de las aves, de la familia y de los amigos, recordando a una persona, a un compañero, a un amigo, que aun ahora que no está, año tras año nos hace conocer gente, juntarnos, sentirnos amigos, sentirnos familia, y sentirnos como en casa cada vez que volvemos a recordarlo.


Muchas gracias a todos sus familiares y amigos por compartir esa pasión por las aves, por el anillamiento y por la convivencia, y por juntarnos todos en este día y en este lugar tan especial, donde a Montxo sin duda le hubiera gustado vernos.






miércoles, 19 de marzo de 2014

19 de Marzo; el uso del fuego: ¿necesidad o tradición?


OJOS DE LA RIFA (CAMINRREAL)


Año tras año, cuando llegan la segunda quincena de febrero y la primera de marzo, nuestros campos, nuestras vegas, nuestras choperas, empiezan a humear. Como si de setas se tratase, con las horas centrales del día, donde el sol se apodera de las aguadas y las escarchas mañaneras, empiezan a aparecer chimeneas de todas partes: un cañar, una acequia, un cajero, un ribazo, unos restos de la corta de chopos, unos sarmientos de podar las viñas… Un sinfín de “quemas controladas”, que se suponen con sus permisos correspondientes y sus medidas de seguridad ante posibles imprevistos siempre listas, que año tras año hacen que en Aragón se nos disparen las cifras de pequeños incendios forestales, conatos que muy probablemente se pudieran evitar.
Está claro que la mayoría de la gente pide estos permisos pertinentes para llevar a cabo las quemas, pero ¿cómo se piden estos permisos? ¿Realmente hay una buena gestión de las quemas? ¿Alguien se asegura de que la zona de la quema esté libre de peligro? ¿Y de que se tenga preparado un mínimo de equipo para poder controlar el fuego en un momento dado?
Conseguir el permiso es relativamente fácil: acercándote a tu oficina correspondiente donde se ubique el cuerpo de Agentes de Protección de la Naturaleza, y señalando polígono y parcela, podemos obtener nuestro permiso para realizar la quema legalmente, pero¿ya está? ¿O hay un Agente de Protección de la Naturaleza que se encargue de revisar dicha parcela y de valorar si el objetivo de la quema es lógico o no? ¿Y de asegurarse de que la quema se realiza con un mínimo de seguridad tanto para el ejecutor de la misma, como para el medio natural colindante? ¿Quizás no haya suficiente personal para realizar todas estas tareas de la forma más eficiente posible?, o ¿quizás se concedan más permisos de quemas de los necesarios?
No sé, ¿realmente hace falta quemar tanto? ¿Es necesario quemar todas las acequias que sirven de lugar de cría y refugio a un sinfín de aves?, ¿o que albergan la gran mayoría de la población de micromamíferos de nuestros ecosistemas?, ¿o es necesario quemar los cajeros hasta llegar a calcinar los chopos cabeceros que no hace tantos años nos dieron sus vigas para construir la gran mayoría de las casas de nuestros pueblos?, ¿o es necesario socarrar año tras año hasta acabar con ellos los frutales que nuestros abuelos plantaron en las lindes de los campos para autoconsumo? ¿REALMENTE UTILIZAMOS EL FUEGO POR NECESIDAD O POR COSTUMBRE? Cuestiones quizás difíciles de resolver y con cierta polémica, lo que sí que está claro es que año tras año se producen cientos de quemas en nuestros campos, con decenas de quemas que se descontrolan, con decenas de actuaciones de los medios contra incendios a causa de estas quemas, que quizás no sean tan controladas como nos llegamos a creer. 

RIO JILOCA (SAN MARTIN DEL RIO)

Hoy hace tres años de que una de tantas quemas de rastrojos se descontroló en el municipio turolense de Villel. El resultado, decenas de hectáreas calcinadas, destruidas, desiertas de vida. 
Vidas son lo que se pierden en cada quema, en cada conato, en cada incendio. Más aun en el de ese día, vidas humanas fueron truncadas de golpe cuando el helicóptero de la Brigada Helitransportada de Alcorisa sufría un accidente nefasto cuando ya divisaba el humo del incendio, cuando ya estás tan cerca que el olor a humo, el olor a incendio, las pulsaciones y la adrenalina se mezclan dentro del helicóptero, helicóptero que terminó con las vidas de un Agente de Protección de la Naturaleza, el piloto del mismo, y cuatro de los cinco brigadistas que viajaban a bordo, salvándose con heridas graves uno de ellos Ángel Aznar, a quien desde aquí quiero dar ánimos y fuerza. Igual que como cada año rendir homenaje a los fallecidos, y dar fuerza a los familiares de todos ellos para pasar esta fecha tan dura.
Al amigo Ramón “Montxo” le volveremos a rendir homenaje como el año pasado, haciendo una de sus grandes pasiones, anillar aves, y como no puede ser de otro modo en sus nogueras, en su casa, con su gente, como a él le hubiera gustado.
Y a todos los demás, proponiendo una pregunta, una reflexión, un momento para pensar:
¿Realmente utilizamos el fuego por necesidad?, con todos los peligros que este conlleva y que cada año se cobra vidas de los que nos dedicamos a este trabajo vocacional que es la lacha contra incendios.


OJOS DE LA RIFA (CAMINRREAL)

domingo, 16 de marzo de 2014

Alondras, El campo canta sobre nuestras cabezas.



El domingo pasado, aprovechando las últimas horas de sol de ese fin de semana primaveral del que pudimos disfrutar, me fui a dar un paseo por esos ecosistemas que pasan normalmente desapercibidos, que parecen “secarrales” ante los ojos del profano, que nos pueden parecer desiertos de vida y aburridos. Pero  para nada son así: una vez que te metes en ellos, aprendes a observarlos, a ver las luces tan impresionantes que tienen, a entender su funcionamiento y el de los que viven allí, a descubrir fauna y flora que no podrían vivir en otro sitio. Y,  sobre todo, a escucharlos. Cuando empiezas a hacer todo esto, te das cuenta de que son vergeles escondidos, de que son un auténtico paraíso para las aves, y sobre todo que son escenarios únicos en Europa, y sin embargo aquí muchas veces no sabemos valorarlos y apreciarlos como se merecen. Son uno de los ecosistemas más extensos de la península (por no decir el mayor). Hablo de los ecosistemas esteparios, de las extensiones cerealistas, de las llanuras de cultivos de secano, donde ver un almendro en un ribazo es hoy en día casi un milagro a causa de las concentraciones parcelarias.
Esta vez el escenario elegido para pasar las dos últimas horas de sol del domingo fueron los campos de Retascón y Villarroya, campos cerealistas con zonas esteparias, respetadas solamente por ser canteras y no poder cultivarse. 


Bajo la mirada de la Peña Modorra, y rodeadas por la depresión del Jiloca, estas llanuras cerealistas albergan una buena población de aláudidos, principalmente Alondra Común (Alauda arvensis), aunque también llama la atención la concentración de Trigueros, ave totalmente ligada a estos ambientes de cultivo.
A cualquiera que pasee por la zona, aunque no sea aficionado a las aves, no pasará desapercibido ese canto de la Alondra, agudo, largo, incesante, que se alza en la altura y que cuesta localizar, ese canto que viene de esta pequeña ave que se queda suspendida en el cielo azul de estos ecosistemas abiertos, que os invito a descubrir y escuchar, mientras nosotros año tras año vamos comiéndole terreno a la Naturaleza, eliminando ribazos, haciendo más pequeños los que hay, e intentando que todo el terreno sea una sola parcela, dejando sin refugio, zona de cría ni protección a estas aves que están tan sumamente ligadas a estos ambientes, y que en otro lugar serian incapaces de sobrevivir.