domingo, 11 de diciembre de 2016

Amaneceres de “boira preta”



La niebla, ¿Qué es? Y ¿Cómo se forma?


Ya llevamos casi una semana de nieblas matutinas que nos dan los buenos días cuando salimos de casa por la mañana, nieblas que al menos en este tramo medio del Jiloca no estamos muy acostumbrados a tener, y menos todavía tantos días seguidos y tan persistentes a lo largo del día.

Están siendo unas nieblas muy densas que te hacen sentir, por su algodonosidad, humedad y falta de visibilidad, como si estuvieras dentro de una nube, y es algo bastante entendible, ya que la niebla no es otra cosa que una nube, pero a ras de suelo, en las primeras capas de aire.

La niebla son pequeñas gotas de agua en suspensión en el aire, gotas tan pequeñas que no pesan lo suficiente como para precipitar, y por tanto las vemos flotando en el aire. Es por eso que la niebla puede llegar a mojarnos cuando es muy densa, “la niebla esta llorona” que se suele decir en la zona.
La niebla para producirse necesita que existan núcleos de condensación en el aire, que pueden ser motas de polvo, partículas de humo y contaminación, o sal en zonas costeras.

Estas pequeñas y ligeras gotas de agua se forman cuando la humedad que se evapora del suelo se encuentra con masas de aire frío, y por tanto llegan a su punto de rocío, es decir, a la temperatura en que queda saturado.

Las nieblas más comunes en España, como las de esta semana, suelen producirse en otoño por la noche, cuando el cielo está despejado o muy poco cubierto. En esas condiciones la superficie de la Tierra se enfría (pierde calor que no queda retenido porque no hay nubes) y el agua presente en el aire más cálido cercano al suelo se condensa. A medida que avanza la mañana, los rayos de sol calientan la superficie del suelo y la niebla se disipa.


Las nubes son exactamente lo mismo, pero debido a su elevada altitud la temperatura es mucho menor y por tanto presentan cristales de hielo.


Con estas mañanas de niebla no nos queda otra que tener cuidado al volante y disfrutar del paisaje, que nos puede regalar unas estampas irrepetibles.