lunes, 7 de enero de 2013

Becadas en la ribera del Jiloca.


 Esta misma tarde, aprovechando las horas de sol, me he ido a dar un paseo por la vega de Daroca, aunque ya había visto en otras ocasiones a estas migradoras en la ribera del Jiloca, no dejo de sorprenderme cada vez que veo a estas aves por estos lugares, que según dicen las gentes más mayores de la zona, antes no se veían.
Me refiero a las becadas, Scolopax Rusticola, un ave cinegética de la familia de las limícolas que encuentra en la península iberica su zona principal de invernada.
Área de distribución de la Scolopax Rusticola
La caza de esta ave muy seguida en el norte de la península, especialmente en el País Vasco, no es practicada por el contrario en esta zona, de echo la gente más mayor de la zona (tanto cazadores como agricultores) no recuerda haber visto a estas llamativas migradoras, y la verdad, es que si ves una no se te olvida fácilmente su forma, ya que aunque de colorido pardo rojizo poco llamativo para camuflarse perfectamente en el suelo, su largo pico de unos siete centímetros y sus saltones ojos negros a ambos lados del cráneo la hacen fácilmente reconocible.
Áreas de cría e invernada
La becada también conocida como la dama del bosque, llega a la península en su migración postnupcial, en los meses de noviembre y diciembre, aunque por nuestras tierras no suele aparecer hasta un poco más avanzado en invierno, con las fuertes heladas, su hábitat son zonas de sotobosque junto al rio, acequias, o brazales que le permitirán encontrar zonas húmedas y de terreno blando donde capturar las lombrices, escarabajos y larvas que le servirán de alimento. Tras el paso del invierno las becadas volverán a subir al norte de Europa donde se aparearan y sacaran adelante a sus crías, aunque ya ha sido localizado algún nido de becada en zonas extensas de bosques en el norte de la península ibérica.
De momento en esta zona parece que solo las tenemos pasando los dos meses de heladas más fuertes, y si tenemos suerte nos pueden sorprender con su vuelo rápido y fugaz entre la espesura del soto de ribera, después de salir volando con fuerza de las hojas caídas de los chopos, de la misma forma que a mí me han sorprendido la pareja de esta tarde.



Ribera del Jiloca en Daroca

2 comentarios:

  1. En el pasado mes de agosto levantamos una becada en la vega del Pancrudo en Barrachina. Un dato sorprendente.

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  2. En la sierra de Albarrazin anidó, Fernando S.

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