
Un entorno, aun siendo cercano, bastante desconocido para alguno de nosotros,
una afición común, las aves, una profesora de alto nivel, Eloísa Matheu, y como
siempre, las ganas de disfrutar y aprender un poco más de nuestro medio natural,
fueron los desencadenantes de que nos animáramos a participar.
Como no podía ser de otra manera,
el curso cumplió con creces las expectativas que teníamos: pocos alumnos y un
ambiente muy acogedor entre nosotros, fueron ingredientes imprescindibles para
que en este fin de semana disfrutáramos aprendiendo los cantos de las aves de
los distintos ecosistemas.
El curso arrancó el viernes por
la tarde con una charla-clase teórica en el albergue la Marisica de Obón, al
que aprovecho para invitaros a conocerlo, donde seréis bien recibidos por
Rubén, quien lo gestiona y da las explicaciones
necesarias para disfrutar de la zona.

Para el domingo un gran madrugón
nos esperaba, poniéndonos en marcha a las cinco de la mañana, camino de unas
parameras pertenecientes al municipio de Estercuel, donde, bien abrigados,
esperábamos los primos clareos del día, a la par que escuchábamos el despertar
de las aves esteparias, algo que sin duda merece la pena, aun teniendo en
cuenta que echamos de menos algún aláudido en la zona.
Tras almorzar y recuperarnos del
madrugón cambiamos de lugar. Esta vez volvimos a un ambiente de ribera donde
pudimos repasar y asentar los cantos aprendidos el día anterior, además de
descubrir otros nuevos.

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