El verano es tiempo de salir a última hora a pasear, a tomar
la fresca, a tomar algo a una terraza, a disfrutar del respiro que la
temperatura nos da al caer el sol.
Igual que nosotros unos pequeños reptiles salen en las
noches cálidas a buscar su alimento cerca de lámparas y farolas, que sirven de atrayente
a los insectos que ellos van capturar.
Se trata de unos gecónidos de color pardusco que rara vez superan
los ocho centímetros del hocico a la cloaca, y que con aspecto de saurio
pequeño y rechoncho, con la cabeza y los ojos grandes, dan un aspecto espinoso
debido a los tubérculos aquillados prominentes que tienen recubriendo su cuerpo
y cola.
Estos pequeños habitantes y guardianes de las típicas farolas
naranjas con sabor a pueblo que luce Daroca por las noches, no llevan mucho tiempo
habitando nuestras calles, o al menos no de forma tan habitual como lo está
siendo en los últimos diez años, donde es muy fácil observar agrupaciones de
cuatro o cinco individuos alrededor de una farola de distintos tamaño y edades,
que desafiando a la gravedad se suspenden de las paredes gracias a las
expansiones laminares adhesivas que tienen por todo el dedo esperando a que un
pequeño insecto se acerque atraído por la luz para poder capturarlo entre sus mandíbulas,
eso sí, curiosamente prefieren evitar las paredes de ladrillo, será que sus
dedos adhesivos les funcionan peor en este tipo de material??
Descubre Daroca, pasea por sus calles y fíjate en estas
salamanquesas comunes (Tarentola
mauritanica) que están en total expansión por nuestras calles, y que nos
sirven de aliadas para mantener a raya a mosquitos y otros insectos.
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