A la descripción que da título a
esta entrada corresponderían un buen número de aves, pero hoy está dedicada
exclusivamente a un solo grupo, aunque bastante extenso, son aquellas que
corretean por orillas bien sean costeras o de interior, y que se alimentan de
pequeños invertebrados, componiendo su dieta principalmente de insectos,
moluscos, gusanos o crustáceos.
Este grupo de aves va y viene por
oleadas, de pronto hay muchos de una especie, y a los pocos días tan apenas se
ven, ahora los vemos con unos plumajes llamativos y en unos meses nos parecerá
una especie totalmente distinta.
Son los llamados limícolas, su
propio nombre ya nos hace referencia al hábitat húmedo donde los podemos
encontrar, y de su fuente de alimento, los invertebrados de los limos.
Ahora es un buen momento para
observar e identificar a estas aves, de hecho hace unos días estuve viéndolas
en Gallocanta y es lo que hace que hoy escriba sobre ellas.
Cigüeñuelas, avefrías, avocetas,
archibebes, chorlitejos, andarríos o correlimos, son algunas de las familias de
limícolas que podemos encontrar en Gallocanta estos días. Un grupo de aves
complejo, difícil de identificar en algunas ocasiones, y más aún si se observan
a grandes distancias como nos ocurre en este escenario.
Pero a la vez, quizás sea ese
aliciente, o ese reto que suponen, el que hace que se vuelva a encender esa
llama y esas ganas de observar e identificar aves que tienes cuando empiezas a
salir con prismáticos y guía en mano al campo.
A mí personalmente es un grupo de
aves que me gusta mucho, que me desesperan algunas veces, pero que te vuelven a
dejar satisfecho cuando identificas alguna que no es común para ti.
Es el caso que nos pasó junto con
el amigo Deme el otro día en Gallocanta. Nos acercamos al amanecer a Tobeñas
para aprovechar el mejor momento de luz y de actividad, e intentar ver las
limícolas que estos días están por Gallocanta. Después de ver decenas de
combatientes y que ninguno tuviera el plumaje igual que el anterior, otro
limícola entraba en el ocular de nuestros telescopios, más pequeño y lejano, al
que conseguimos identificar, eso sí, guía en mano. Se trataba de una pareja de
Chorlito dorado que nos hizo volver a sentir ese reto de todo pajarero cuando
empieza a salir al campo; todos hemos pensado alguna vez que el pájaro que
estamos viendo no aparece en la guía, o que te va a ser imposible diferenciar
una lavandera boyera de una cascadeña, o que no terminas de distinguir un
carbonero de un herrerillo.
No pasa nada,
todos hemos empezado de cero, y esos momentos de satisfacción que te da la
identificación de una especie que nunca has visto, o que hace mucho tiempo que
no observabas, son precisamente los que se pueden recuperar con este grupo de
aves, y que además te volverán a poner las pilas para fijarte en los detalles y
pasar páginas de la guía para un lado y para otro, para buscar el consenso con
el resto de observadores y para disfrutar de esta afición que nunca se tiene
que convertir en una desesperación.
Disfruta de este grupo de aves y
obsérvalas con detenimiento: la elegancia de las avocetas, las carreras de los
chorlitejos, el canto de las avefrías. Y cómo no, recréate viendo la que para
mí es la mejor de todas, la que se ha convertido en mi ave favorita, la
cigüeñuela, que será la protagonista de una de las siguientes entradas en este
blog.
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