La procesionaria del Pino (Thaumetopoea
pityocampa) es una especie de lepidóptero cada vez más habitual en nuestros
pinares y que se puede considerar una plaga de los mismos.
Esta entrada vamos a dedicárla
entera y exclusivamente a esta especie y a su ciclo biológico, un tanto
curioso.
ciclo biologico de la procesionaria, variable segun altitud, precipitaciones y temperatura |
Pero también hay que incidir en el peligro que tiene este lepidóptero, ya que tanto los bolsones visibles en las ramas de los pinos, como las propias orugas, son sumamente urticantes.
Esto se debe a que las orugas
están cubiertas con unas vellosidades que flotan en el aire y que contienen una
toxina termolábil a la que la propia especie da nombre, la Thaumatopina.
La procesionaria del pino pasa la
mayor parte de su vida es estado larvario, estando solamente unos o dos días en
estado adulto para aparearse y hacer la puesta.
Adultos de Thaumetopoea pityocampa |
Los adultos en forma de mariposa parduzca, son de ámbitos estrictamente nocturnos, por lo que evitan la depredación de las aves insectívoras, y tras su apareamiento las hembras hacen la puesta alrededor de las acículas de los pinos en el mes de julio o agosto.
Tras un mes o un poco más estos
huevos eclosionan y nacen las orugas, que pasarán a lo largo de su vida por
cinco estados larvarios, aumentando su voracidad y por tanto sus efectos sobre
la masa forestal a medida que aumenta su estado.
Las orugas durante toda su vida
tienen comportamiento cooperativista, y saben que de su unión depende su
supervivencia, por lo que desde pequeñas hacen refugios en forma de bolsas en
las puntas de las ramas para poder protegerse de los depredadores en sus primeros
estados larvarios y del frío invernal tras su tercer estado.
Bolsa de Thaumetopoea pityocampa |
En estos bolsones las orugas pasan los periodos diurnos y salen de ellos para alimentarse de las acículas en los atardeces, produciendo entonces la defoliación de los árboles.
Procesion de orugas de Thaumetopoea pityocampa |
Habitualmente en torno al mes de febrero las orugas descienden de los árboles y las podemos encontrar haciendo lo que les da su nombre común, una procesión por el suelo, unas muy próximas a otras, tanto que la de delante tapa la cabeza a la de atrás para protegerla. La primera oruga de la fila siempre es una hembra y será la que decida en qué sitio se entierran para pasar su estado de crisálida o pupa, para finalmente eclosionar como adultos y en un par de días aparearse para que comience de nuevo el ciclo.
Crisalida de Thaumetopoea pityocampa |
La procesionaria del pino no es entonces más que una especie más que habita en los pinares. El problema viene cuando su control natural falla, y se convierte en plaga.
La escasez de aves insectívoras
en los pinares a causa de no tener unos bosques mixtos donde las aves
encuentren algo más que troncos rectos y lisos para hacer sus nidos, o como
este año, la benevolencia climática del invierno que no ha podido controlar el
ciclo de la oruga, que a temperaturas inferiores a los -10 o -12 ºC muere, ha
hecho que las poblaciones de procesionaria se disparen y con ello la
defoliación de los pinares, especialmente por observaciones propias afectando
más gravemente a los ejemplares de Pinus nigra.
Orugas de Thaumetopoea pityocampa alrededor de un aerogenerador |
Orugas de Thaumetopoea pityocampa alrededor de un aerogenerador |
Orugas de Thaumetopoea pityocampa alrededor de un aerogenerador |
Hace ya un mes aproximadamente circulaban por las redes sociales estas fotos de cientos y cientos de orugas de procesionaria apelotonadas alrededor de un molino de viento, probablemente atraídas por el color blanco del mástil, esto nos muestra que las orugas ya estaban haciendo su característica procesión en enero, cuando por estas zonas frías tenía que ser a mediados de marzo.
¿Consecuencias naturales de una naturaleza alterada?
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