martes, 23 de febrero de 2016

La procesionaria del pino.



La procesionaria del Pino (Thaumetopoea pityocampa) es una especie de lepidóptero cada vez más habitual en nuestros pinares y que se puede considerar una plaga de los mismos.

Esta entrada vamos a dedicárla entera y exclusivamente a esta especie y a su ciclo biológico, un tanto curioso.

ciclo biologico de la procesionaria, variable segun altitud, precipitaciones y temperatura

Pero también hay que incidir en el peligro que tiene este lepidóptero, ya que tanto los bolsones visibles en las ramas de los pinos, como las propias orugas, son sumamente urticantes.
Esto se debe a que las orugas están cubiertas con unas vellosidades que flotan en el aire y que contienen una toxina termolábil a la que la propia especie da nombre, la Thaumatopina.
La procesionaria del pino pasa la mayor parte de su vida es estado larvario, estando solamente unos o dos días en estado adulto para aparearse y hacer la puesta.

Adultos de Thaumetopoea pityocampa

Los adultos en forma de mariposa parduzca, son de ámbitos estrictamente nocturnos, por lo que evitan la depredación de las aves insectívoras, y tras su apareamiento las hembras hacen la puesta alrededor de las acículas de los pinos en el mes de julio o agosto.
Tras un mes o un poco más estos huevos eclosionan y nacen las orugas, que pasarán a lo largo de su vida por cinco estados larvarios, aumentando su voracidad y por tanto sus efectos sobre la masa forestal a medida que aumenta su estado.
Las orugas durante toda su vida tienen comportamiento cooperativista, y saben que de su unión depende su supervivencia, por lo que desde pequeñas hacen refugios en forma de bolsas en las puntas de las ramas para poder protegerse de los depredadores en sus primeros estados larvarios y del frío invernal tras su tercer estado.

Bolsa de Thaumetopoea pityocampa

En estos bolsones las orugas pasan los periodos diurnos y salen de ellos para alimentarse de las acículas en los atardeces, produciendo entonces la defoliación de los árboles.

Procesion de orugas de Thaumetopoea pityocampa

Habitualmente en torno al mes de febrero las orugas descienden de los árboles y las podemos encontrar haciendo lo que les da su nombre común, una procesión por el suelo, unas muy próximas a otras, tanto que la de delante tapa la cabeza a la de atrás para protegerla. La primera oruga de la fila siempre es una hembra y será la que decida en qué sitio se entierran para pasar su estado de crisálida o pupa, para finalmente eclosionar como adultos y en un par de días aparearse para que comience de nuevo el ciclo.

Crisalida de Thaumetopoea pityocampa

La procesionaria del pino no es entonces más que una especie más que habita en los pinares. El problema viene cuando su control natural falla, y se convierte en plaga.
La escasez de aves insectívoras en los pinares a causa de no tener unos bosques mixtos donde las aves encuentren algo más que troncos rectos y lisos para hacer sus nidos, o como este año, la benevolencia climática del invierno que no ha podido controlar el ciclo de la oruga, que a temperaturas inferiores a los -10 o -12 ºC muere, ha hecho que las poblaciones de procesionaria se disparen y con ello la defoliación de los pinares, especialmente por observaciones propias afectando más gravemente a los ejemplares de Pinus nigra.

Orugas de Thaumetopoea pityocampa alrededor de un aerogenerador

Orugas de Thaumetopoea pityocampa alrededor de un aerogenerador


Orugas de Thaumetopoea pityocampa alrededor de un aerogenerador

Hace ya un mes aproximadamente circulaban por las redes sociales estas fotos de cientos y cientos de orugas de procesionaria apelotonadas alrededor de un molino de viento, probablemente atraídas por el color blanco del mástil, esto nos muestra que las orugas ya estaban haciendo su característica procesión en enero, cuando por estas zonas frías tenía que ser a mediados de marzo.

¿Consecuencias naturales de una naturaleza alterada?

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