Érase una vez, un pequeño pueblo al sur de la provincia de
Zaragoza y muy próximo a la de Teruel, llamado Anento.
Recogido y coqueto, Anento no dejaba indiferente a los
visitantes de se dejaban caer por sus calles medievales, que se sumergían en épocas
de batallas mirando desde las torres de su castillo, o que descubrían como si
de un oasis se tratase su joya mejor guardada, el Aguallueve.
Una vez decidieron que este pequeño pueblo se convirtiera en
un pueblo de cuento, que sus rincones fueran escenarios de esos cuentos que
desde hace generaciones deleitan a niños y mayores, y para conseguir eso,
llevaron a cabo un campo internacional de trabajo “ERASE UNA VEZ...ANENTO. UN
FESTIVAL DE CUENTO” lo llamaron.
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