El pasado día 5, como muchas otras tardes hice una pequeña
ruta senderista. Aprovechando que todavía había amigos con las vacaciones
navideñas nos fuimos todos a pasar una buena tarde andando por la naturaleza de
nuestra comarca.
Nuestro objetivo era
subir al cerro de Santa Cruz, cerró que cada día contemplamos desde
Daroca, pero que en esta ocasión seria al contrario.
Como la tarde en esta época del año no da para mucho nos
aproximamos bastante al cerro con el coche, dejando el coche junto a los
asadores y la ermita de San Lamberto, desde donde empezamos nuestra caminata.
El paseo no podía empezar mejor, ya que al cerrar la puerta
de la furgoneta un búho real pasaba sobrevolando nuestras cabezas, asustado
seguramente por nuestra llegada a su territorio.
Desde la ermita de San Lamberto ya encontramos la subida al
cerro indicada, subida que empieza por una senda bien marcada, de poca
dificultad pero con un buen desnivel. Tras unos cuantos metros de senda en línea
de máxima pendiente nos cruzamos con el camino que posibilita la subida hasta
la cima de este cerro en coche. La senda cruza el camino y sigue ascendiendo,
un poco mas adelante la senda se corta al cruzarse de nuevo con el camino, y es
por este, por donde las marcas amarillas y blancas nos conducirán a la cima. Durante
la subida pasamos por un pinar mixto de pino laricio con algún silvestre y
mucho marojo que poco a poco se va apoderando de su territorio. La parte más
baja del sotobosque la cubre la gayuba y las jaras, entre las que se podían apreciar
las hozadas frescas de los jabalíes en busca de alimento.
Poco a poco, acompañados del fuerte viento que soplaba
fuimos subiendo por el camino, hasta que a los pocos metros de llegar al final
se ve la caseta de vigilancia de incendios, y el punto geodésico que coronan el
cerro de santa cruz.
Una vez llegamos al final la recompensa de las vistas que se
muestran ante ti te hacen olvidar el desnivel salvado desde el coche.
Ante ti las vistas del cerro de Santa Cruz, contemplando al
norte la sierra de Santa Cruz-Valdelacasa, el valle del Jiloca, la sierra de Vicor
y al fondo una gran silueta de cumbre nevada que corresponde al Moncayo.
Pero la satisfacción continúa al darte la vuelta y contemplar
en el mirador sur la Laguna de Gallocanta y la de Guialguerrero, las llanuras
de la cuenca, Sierra Palomera y Peracense, y hasta las tierras castellanas.
Y ya no se puede terminar con mejor pie el dia, si después
de subir al cerro de santa cruz de 1.423 metros de altitud, disfrutando de
buena compañía y buenas vistas, esperas a que caiga la noche y la recompensa es
un atardecer como este que pudimos disfrutar nosotros.
Buena caminata y precioso atardecer. Aunque la compañía te la buscas buena eh pillin.
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