OJOS DE LA RIFA (CAMINRREAL) |
Año tras año, cuando llegan la
segunda quincena de febrero y la primera de marzo, nuestros campos, nuestras
vegas, nuestras choperas, empiezan a humear. Como si de setas se tratase, con
las horas centrales del día, donde el sol se apodera de las aguadas y las
escarchas mañaneras, empiezan a aparecer chimeneas de todas partes: un cañar,
una acequia, un cajero, un ribazo, unos restos de la corta de chopos, unos
sarmientos de podar las viñas… Un sinfín de “quemas controladas”, que se
suponen con sus permisos correspondientes y sus medidas de seguridad ante
posibles imprevistos siempre listas, que año tras año hacen que en Aragón se
nos disparen las cifras de pequeños incendios forestales, conatos que muy
probablemente se pudieran evitar.
Está claro que la mayoría de la
gente pide estos permisos pertinentes para llevar a cabo las quemas, pero ¿cómo
se piden estos permisos? ¿Realmente hay una buena gestión de las quemas?
¿Alguien se asegura de que la zona de la quema esté libre de peligro? ¿Y de que
se tenga preparado un mínimo de equipo para poder controlar el fuego en un
momento dado?
Conseguir el permiso es
relativamente fácil: acercándote a tu oficina correspondiente donde se ubique
el cuerpo de Agentes de Protección de la Naturaleza, y señalando polígono y parcela,
podemos obtener nuestro permiso para realizar la quema legalmente, pero¿ya
está? ¿O hay un Agente de Protección de la Naturaleza que se
encargue de revisar dicha parcela y de valorar si el objetivo de la quema es
lógico o no? ¿Y de asegurarse de que la quema se realiza con un mínimo de
seguridad tanto para el ejecutor de la misma, como para el medio natural
colindante? ¿Quizás no haya suficiente personal para realizar todas estas
tareas de la forma más eficiente posible?, o ¿quizás se concedan más permisos
de quemas de los necesarios?
No sé, ¿realmente hace falta
quemar tanto? ¿Es necesario quemar todas las acequias que sirven de lugar de
cría y refugio a un sinfín de aves?, ¿o que albergan la gran mayoría de la
población de micromamíferos de nuestros ecosistemas?, ¿o es necesario quemar
los cajeros hasta llegar a calcinar los chopos cabeceros que no hace tantos
años nos dieron sus vigas para construir la gran mayoría de las casas de
nuestros pueblos?, ¿o es necesario socarrar año tras año hasta acabar con ellos
los frutales que nuestros abuelos plantaron en las lindes de los campos para
autoconsumo? ¿REALMENTE UTILIZAMOS EL FUEGO POR NECESIDAD O POR COSTUMBRE?
Cuestiones quizás difíciles de resolver y con cierta polémica, lo que sí que
está claro es que año tras año se producen cientos de quemas en nuestros
campos, con decenas de quemas que se descontrolan, con decenas de actuaciones
de los medios contra incendios a causa de estas quemas, que quizás no sean tan
controladas como nos llegamos a creer.
RIO JILOCA (SAN MARTIN DEL RIO) |
Hoy hace tres años de que una de
tantas quemas de rastrojos se descontroló en el municipio turolense de Villel.
El resultado, decenas de hectáreas calcinadas, destruidas, desiertas de vida.
Vidas son lo que se pierden en
cada quema, en cada conato, en cada incendio. Más aun en el de ese día, vidas
humanas fueron truncadas de golpe cuando el helicóptero de la Brigada
Helitransportada de Alcorisa sufría un accidente nefasto
cuando ya divisaba el humo del incendio, cuando ya estás tan cerca que el olor
a humo, el olor a incendio, las pulsaciones y la adrenalina se mezclan dentro
del helicóptero, helicóptero que terminó con las vidas de un Agente de
Protección de la Naturaleza,
el piloto del mismo, y cuatro de los cinco brigadistas que viajaban a bordo,
salvándose con heridas graves uno de ellos Ángel Aznar, a quien desde aquí
quiero dar ánimos y fuerza. Igual que como cada año rendir homenaje a los
fallecidos, y dar fuerza a los familiares de todos ellos para pasar esta fecha
tan dura.
Al amigo Ramón “Montxo” le
volveremos a rendir homenaje como el año pasado, haciendo una de sus grandes
pasiones, anillar aves, y como no puede ser de otro modo en sus nogueras, en su
casa, con su gente, como a él le hubiera gustado.
Y a todos los demás, proponiendo
una pregunta, una reflexión, un momento para pensar:
¿Realmente
utilizamos el fuego por necesidad?, con todos los peligros que este conlleva y
que cada año se cobra vidas de los que nos dedicamos a este trabajo vocacional
que es la lacha contra incendios.OJOS DE LA RIFA (CAMINRREAL) |
Excelente entrada Agus, si lo tradicional cuenta con una edad de un cuarentón, el uso masivo del fuego en los lindes y las acequias es TRADICCIÓN, en cuanto al servicio que nos presta el fuego bien usado para el caso que nos ocupa es claramente perjudicial, hay incontables ejemplos de acequias que rara vez ven pasar el fuego, con sus taludes mejor conservados, con mas verticalidad, algunos esplendorosos arboles sujetos a ellos y un fondo de acequia mucho mas limpio, la luz del incide muchas menos horas y la vegetación es mas escasa y con menos vigor. Conservar en buen estado los taludes y los arboles favorece la circulación del agua.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario Antonio
EliminarTras ver muchas, demasiadas quemas,e intentar que me explicasen lo inexplicable yo también tengo el convencimiento que se hacen en su mayoría por tradición. Afortunadamente las quemas de barrancos son en nuestro entorno cada vez más escasas y las quemas para regeneración de pastos (antigua costumbre pastoril) ha caído casi en desuso junto al mismo colectivo.
ResponderEliminarComo Agente para la Protección de la Naturaleza únicamente aclarar la pequeña diferencia que existe entre quemas sin continuidad (Anexo I, sólo notificación) y quemas con continuidad (Anexo II condicionada a Autorización). Las quemas sin continuidad son las típicas de quemas de restos (sarmientos y otros restos agrícolas). Las quemas con continuidad incluyen acequias, rastrojos, ribazos o incluso pastizal. En estos casos la Autorización la expide el Coordinador Medioambiental correspondiente previa conformidad y/o informe del APN de la zona.
La limitación está muchas veces, la mayoría, en la posibilidad de comprobar si las quemas se ajustan a lo autorizado. En comarcas como Valdejalón se expiden casi mil autorizaciones por campaña y el control se efectúa con cuatro APN conciliando este control con otras muchas tareas (caza, tratamientos selvícolas, censos, etc...) Además todo es susceptible de emperar; sin gasoil, sin coches, sin..
Muchas gracias Tomas por el comentario, la aclaración y la información de primera mano de un APN.
ResponderEliminarUn saludo.