Otro año más ha llegado el día, y
no me refiero al día del padre, sino al día en que nos dejaron los compañeros
de la helitransportada de Alcorisa en el accidente que sufrió su helicóptero
cuando se dirigían al incendio de Villel en 2011. Como cada año desde esta Asociación,
en nombre de la BRIF de Daroca ,y por supuesto a título personal, queremos
rendir homenaje a los fallecidos, dar ánimo a sus familiares y también, cómo
no, a Ángel Aznar.
Igualmente, como cada año nos
juntaremos para rendir homenaje en Alcañiz al más joven de los fallecidos, el
amigo Ramón, a Montxo. Este domingo allí estaremos haciendo lo que a él más le
gustaba, anillar, rodeados de su gente, de su sitio, saboreando esos recuerdos
que, valga la redundancia, nos hacen recordarlo cerca, sonriendo y muy vivo.
Igual que rebobinamos para
rescatar esos felices recuerdos de nuestra memoria, este año quiero volver
atrás en la memoria de este blog para recuperar las entradas que cada año han rendido
homenaje en estas fechas; os vuelvo a poner una de las entradas más vistas en
este blog, y la que sin duda más cargada de sentimientos y de emociones podemos encontrar en él, tanto en su texto
como en sus comentarios.
Tres años más tarde, volvamos a
leer: Un año sin volar, que ahora,
ya son cuatro.
“19 de marzo, un año hace ya, un año de aquel incendio que se desató en
Villel, incendio al que se dirigía la brigada helitransportada de Alcorisa,
cuando tuvieron ese fatídico accidente que acabó con la vida de un Agente de
Protección de la Naturaleza, el piloto del helicóptero y cuatro de los cinco
brigadistas que viajaban a bordo, quedando herido de gravedad uno de ellos,
Ángel Aznar.
Esta entrada va dedicada a todas estas personas, y por supuesto a sus
familiares y amigos.
Especialmente, por mi relación personal con él, yo se la dedico a José
Ramón Milián, el más joven de todos los fallecidos, el ornitólogo, el
anillador, el amigo Ramón.
Amante de su trabajo, cuántas veces hablamos de helicópteros y de
incendios, quién iba a pensar que volando acabarían sus días, que volando se
truncarían sus sueños de anillador.
Todavía recuerdo el último fin de semana que pase con él, fue en la
fiesta de las grullas de febrero del año pasado, allí estábamos felices,
rodeados de pájaros y pajareros, anillas y buen ambiente. Estuvimos hablando de
trabajo, de incendios, de música, pero, cómo no, la conversación termino en los
pájaros. Ramón me contó una historia de
un águila azor-perdicera que tuvo en las manos, de cómo el ave clavaba
fríamente su mirada sobre todo aquello que llamaba su atención y me dijo
literalmente “es el ave más preciosa que he visto nunca”.
Ave en peligro, difícil de ver, ave de Ramón, ave que cada vez que veo
me pone los pelos de punta.
Al día siguiente estábamos junto con Carmina y Carlos en la puerta del Centro
de Interpretación de la Laguna, y un humo lejano asomaba por los sembrados. Bromeamos
sobre el humo, diciendo que estábamos de fiesta, que no nos llamaran para ir a
apagar nada… Quién pensaba que un mes después sí que nos llamarían para ir a
apagar. Nos llamaron, pero los brigadistas de Alcorisa, entre ellos Ramón,
nunca llegaron.
Una vida que se pasó volando, volando como el águila perdicera que a
Ramón enamoró con su mirada, una vida con las aves y la naturaleza siempre
presentes, una vida que disfrutó con intensidad y alegría, y que sabía
transmitir a los que lo rodeaban, una vida corta, que terminó como había
discurrido, VOLANDO.”
Os dejo los enlaces de las entradas
que hasta hoy han rendido homenaje a nuestro amigo y compañero Montxo, y al que
año tras año seguiremos recordando entre las redes, las plumas y las nogueras.
Un amigo al que siempre sentiremos muy cerca.
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