jueves, 19 de marzo de 2015

Removiendo recuerdos, recuperando palabras.



Otro año más ha llegado el día, y no me refiero al día del padre, sino al día en que nos dejaron los compañeros de la helitransportada de Alcorisa en el accidente que sufrió su helicóptero cuando se dirigían al incendio de Villel en 2011. Como cada año desde esta Asociación, en nombre de la BRIF de Daroca ,y por supuesto a título personal, queremos rendir homenaje a los fallecidos, dar ánimo a sus familiares y también, cómo no, a Ángel Aznar.
Igualmente, como cada año nos juntaremos para rendir homenaje en Alcañiz al más joven de los fallecidos, el amigo Ramón, a Montxo. Este domingo allí estaremos haciendo lo que a él más le gustaba, anillar, rodeados de su gente, de su sitio, saboreando esos recuerdos que, valga la redundancia, nos hacen recordarlo cerca, sonriendo y muy vivo.


Igual que rebobinamos para rescatar esos felices recuerdos de nuestra memoria, este año quiero volver atrás en la memoria de este blog para recuperar las entradas que cada año han rendido homenaje en estas fechas; os vuelvo a poner una de las entradas más vistas en este blog, y la que sin duda más cargada de sentimientos y de emociones  podemos encontrar en él, tanto en su texto como en sus comentarios.
Tres años más tarde, volvamos a leer: Un año sin volar, que ahora, ya son cuatro.

“19 de marzo, un año hace ya, un año de aquel incendio que se desató en Villel, incendio al que se dirigía la brigada helitransportada de Alcorisa, cuando tuvieron ese fatídico accidente que acabó con la vida de un Agente de Protección de la Naturaleza, el piloto del helicóptero y cuatro de los cinco brigadistas que viajaban a bordo, quedando herido de gravedad uno de ellos, Ángel Aznar.
Esta entrada va dedicada a todas estas personas, y por supuesto a sus familiares y amigos.
Especialmente, por mi relación personal con él, yo se la dedico a José Ramón Milián, el más joven de todos los fallecidos, el ornitólogo, el anillador, el amigo Ramón.
Amante de su trabajo, cuántas veces hablamos de helicópteros y de incendios, quién iba a pensar que volando acabarían sus días, que volando se truncarían sus sueños de anillador.
Todavía recuerdo el último fin de semana que pase con él, fue en la fiesta de las grullas de febrero del año pasado, allí estábamos felices, rodeados de pájaros y pajareros, anillas y buen ambiente. Estuvimos hablando de trabajo, de incendios, de música, pero, cómo no, la conversación termino en los pájaros.  Ramón me contó una historia de un águila azor-perdicera que tuvo en las manos, de cómo el ave clavaba fríamente su mirada sobre todo aquello que llamaba su atención y me dijo literalmente “es el ave más preciosa que he visto nunca”.
Ave en peligro, difícil de ver, ave de Ramón, ave que cada vez que veo me pone los pelos de punta.
Al día siguiente estábamos junto con Carmina y Carlos en la puerta del Centro de Interpretación de la Laguna, y un humo lejano asomaba por los sembrados. Bromeamos sobre el humo, diciendo que estábamos de fiesta, que no nos llamaran para ir a apagar nada… Quién pensaba que un mes después sí que nos llamarían para ir a apagar. Nos llamaron, pero los brigadistas de Alcorisa, entre ellos Ramón, nunca llegaron.
Una vida que se pasó volando, volando como el águila perdicera que a Ramón enamoró con su mirada, una vida con las aves y la naturaleza siempre presentes, una vida que disfrutó con intensidad y alegría, y que sabía transmitir a los que lo rodeaban, una vida corta, que terminó como había discurrido, VOLANDO.”


Os dejo los enlaces de las entradas que hasta hoy han rendido homenaje a nuestro amigo y compañero Montxo, y al que año tras año seguiremos recordando entre las redes, las plumas y las nogueras. Un amigo al que siempre sentiremos muy cerca.




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